jueves, 17 de abril de 2008

La Junta busca incrementar la bolsa de familias de acogida

http://www.diariolatribuna.com/CiudadReal/secciones.cfm?secc=Local_TCR&id=604920

MENORES
La Delegación de Bienestar Social tiene bajo su protección a 362 menores, de los que 126 se encuentran en centros y 236 con algún familiar o con personas ajenas que les acogen de forma temporal
ROCÍO CERVANTES
La Delegación Provincial de Bienestar Social va a iniciar una campaña de captación de familias dispuestas a acoger en su hogar, por un tiempo limitado, a menores cuya tutela temporal o guarda está en manos de la Administración regional. La intención es conseguir una bolsa de familias acogedoras «cuanto más grande mejor» para evitar que la Delegación derive a los niños protegidos a centros de menores mientras sus familias biológicas no pueden hacerse cargo de ellos. Y es que según palabras del director general de Familia, Matías Segundo Nieto, aunque en los centros «están bien atendidos, no deja de faltarles la riqueza y el cariño de una familia».
A día de hoy, 143 familias ciudadrealeñas tienen a su cargo a un menor al que les une algún vínculo familiar; sin embargo, en lo que pretende centrarse la Delegación es en encontrar familias ajenas dispuestas a asumir el cuidado de un niño con el que no guardan ningún nexo de consanguinidad. En la provincia son 33 las familias que se encuentran en esta situación y nueve más las que están a la espera de que los servicios sociales les asignen a un niño que se ajuste a su perfil de disponibilidad.
Entre ambos tipos de familias tienen a su cuidado a 236 menores, pero aún hay 126 más que se encuentran en centros de acogida. Para ellos es para los que Bienestar Social busca un ‘hogar familiar’. No obstante, no todos están en disposición de ir con una familia de acogida, pues según explicó Segundo Nieto, de ellos una veintena se halla en una primera fase de valoración en la que Bienestar Social estudia la mejor alternativa para el menor, y «otros» están a punto de cumplir la mayoría de edad y han pasado a un programa de ayuda y preparación con vistas a su emancipación.
Es por ello que Segundo aclare que no se necesitan 126 familias y prefiera no dar un número exacto de las que se requieren, ya que advierte que en este tema «puede haber muchas fluctuaciones porque nunca se sabe cuando una familia biológica se puede ver obligada a suspender temporalmente la guarda potestad de los hijos».
Ante estos imprevistos que «nunca se sabe cuando llegarán» es por lo que «conviene estar preparados y tener en bolsa cuantas más familias mejor». Y aunque no hay marcado un objetivo numérico «ya nos daríamos por satisfechos si llegáramos a las 20 ó 25», aunque «sería toda una alegría alcanzar el centenar», pues «la disponibilidad de un número grande de familias es lo que va a permitir una gran cancha para darle a cada menor la familia de acogida que necesite». TEMPORALIDAD
Matías Segundo incide en que todas aquellas familias dispuestas a acoger a un menor en su domicilio tienen que tener muy claro que «la estancia tendrá un carácter temporal, es decir, un principio y un fin, y que además el niño nunca perderá el contacto con su familia biológica a excepción de que la Administración así lo considere oportuno por el bien del menor». Es en esa «apertura» de las familias acogedoras donde, para Segundo, radica «su grandeza», porque están dispuestas a «cuidar a un niño del que nunca tendrán la tutela legal y al que un día despedirán».
Asimismo, anima a todas las familias interesadas a informarse previamente de qué necesitan para convertirse en familias de acogida y a no desestimar antes de tiempo esa opción por considerar que ellas no podrán aportar lo que la Administración regional les exija. Ante ello Segundo Nieto advierte que «nunca se les exigirá más allá de donde puedan llegar». «Cada una hasta lo que pueda aportar porque somos conscientes de que cada familia tiene una circunstancia y no todos pueden atender al mismo número de menores o por el mismo espacio de tiempo», apostilla. Además, recuerda que ninguna de ellas adquirirá un compromiso de continuidad, porque también puede darse el caso de que se enfrente a una circunstancia que les impida seguir haciéndose cargo de menor.
Y para todos los problemas o situaciones que puedan surgir «ahí estará Bienestar Social, para ayudarles a afrontar situaciones difíciles de atajar o a las que nunca antes se habían enfrentado ni siquiera con sus propios hijos biológicos». Asimismo, a todas ellas advierte que los menores en acogida «no son niños infractores», simplemente precisan de una protección que en ese momento no pueden recibir de sus padres biológicos, aunque sí reconoce que muchos de ellos proceden de familias desestructuradas.
La experiencia dice que las familias acogedoras suelen ser parejas con hijos biológicos que por su edad no requieren de una atención muy directa. Pero, ante todo, para Segundo «es gente tremendamente solidaria y capaz de aportar lo que la Administración no puede dar desde los hogares de menores».

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